Motivacion y Volicion para el Logro

La motivación y la volición como dos procesos psicológicos esenciales en la ciencia de la acción. La distinción entre el deseo de actuar y la fuerza para sostener la acción, y su influencia en el éxito y la perseverancia en la consecución de objetivos.

Introducción: El Salto de la Intención a la Acción

A menudo, nos encontramos con que saber lo que queremos hacer no es suficiente para que lo hagamos. Tenemos el deseo de hacer ejercicio, de aprender un nuevo idioma o de ahorrar dinero, pero la intención se desvanece y la acción nunca se materializa. La ciencia de la acción nos explica que este problema no es de falta de voluntad, sino de una brecha entre dos procesos psicológicos fundamentales: la motivación y la volición. La motivación es el "por qué" de la acción, el impulso para comenzar. La volición es el "cómo", la fuerza mental que nos permite sostener el curso de la acción, superar los obstáculos y protegernos de las distracciones.

Este artículo explora la crucial distinción entre motivación y volición. Analizaremos cómo cada una opera en nuestro camino hacia el logro, por qué la motivación sola no es suficiente y cómo podemos fortalecer nuestra volición para transformar nuestras intenciones en éxitos tangibles y duraderos.

Motivación: El Combustible para el Cambio

La motivación es el proceso que inicia, guía y mantiene los comportamientos orientados a objetivos. Es lo que nos impulsa a desear y a buscar ciertas cosas, ya sean un nuevo trabajo, una relación o una mejora personal. La motivación puede ser de dos tipos:

  • Intrínseca: Impulsada por la satisfacción interna que obtenemos al realizar la actividad en sí misma. Por ejemplo, leer por el simple placer de leer.
  • Extrínseca: Impulsada por recompensas externas, como dinero, reconocimiento o evitación de castigo. Por ejemplo, estudiar para obtener una buena calificación.

Si bien la motivación es esencial para dar el primer paso, su naturaleza es a menudo inestable. Un día nos sentimos inspirados y llenos de energía, y al siguiente, esa energía ha desaparecido. Es aquí donde la volición entra en juego.

Volición: La Fuerza Protectora de la Intención

La volición, también conocida como autocontrol o fuerza de voluntad, es la habilidad para llevar a cabo una intención frente a la tentación, la distracción y la fatiga. Es la capacidad para persistir y proteger la meta cuando el impulso inicial de la motivación ha disminuido. Mientras que la motivación se enfoca en la selección de metas, la volición se enfoca en la implementación de esas metas.

El Psicólogo Julius Kuhl fue uno de los pioneros en estudiar la volición. Él propuso que existen varios procesos volitivos que nos ayudan a pasar de la intención a la acción:

  • Control de la Atención: La capacidad para enfocarnos en la meta y filtrar las distracciones.
  • Control Emocional: La habilidad para manejar las emociones negativas (como la frustración) que surgen durante el proceso.
  • Control del Comportamiento: La capacidad para iniciar, mantener y detener las acciones necesarias para lograr el objetivo.

Sin volición, la motivación es solo una fantasía. Es la volición la que nos hace ir al gimnasio cuando llueve, estudiar para un examen a pesar de estar cansados o resistir la tentación de comer algo poco saludable cuando estamos a dieta.

Ejemplo Práctico: La Motivación vs. la Volición en Acción

  • Motivación: Una persona ve un documental sobre el alpinismo y se siente inspirada a escalar una montaña. La idea de la aventura, el desafío y la vista desde la cima la llena de motivación. Investiga rutas, compra equipo y se inscribe en un curso.
  • Volición: Cuando llega el momento de entrenar, se encuentra con la realidad: el entrenamiento es repetitivo, agotador y doloroso. La nieve es fría, el equipo es pesado y hay días en los que no ve ningún progreso significativo. Es la volición la que la impulsa a seguir con su plan de entrenamiento a pesar de la falta de entusiasmo, a despertarse temprano para correr incluso cuando su cuerpo le pide seguir durmiendo y a seguir adelante a pesar de la fatiga en el día de la cumbre.

En este ejemplo, la motivación dio el primer impulso, pero fue la volición la que llevó a la persona a la cima.

Fortaleciendo la Volición

La volición no es un rasgo fijo; es un músculo que se puede entrenar. Aquí hay algunas estrategias:

  1. Establecer un Plan Detallado: Un plan claro con pasos específicos reduce la necesidad de tomar decisiones constantes, lo que preserva la volición. Saber exactamente qué hacer y cuándo reduce la fatiga de la decisión.
  2. Anticipar Obstáculos: Pensar en los posibles obstáculos y crear planes de contingencia para superarlos (intenciones de implementación). Por ejemplo, "si estoy demasiado cansado para ir al gimnasio, haré 20 minutos de estiramiento en casa".
  3. Practicar el Autocontrol en Pequeñas Tareas: Pequeñas acciones como no posponer la alarma o no revisar el teléfono por la mañana entrenan el músculo del autocontrol para desafíos más grandes.
  4. Descansar y Recargar: La volición es un recurso limitado. Es importante descansar, dormir lo suficiente y alimentarse bien para recargar nuestra capacidad de autocontrol.

El Éxito es un Acto de Volición

La motivación es el fuego inicial que enciende el deseo de un cambio. La volición es la disciplina y la perseverancia que mantienen el fuego encendido, incluso cuando los vientos de la vida amenazan con apagarlo. Comprender esta distinción es el primer paso para dominar la ciencia de la acción. Al fortalecer nuestra volición, transformamos nuestras intenciones en logros y construimos una vida de éxito y satisfacción no solo en lo que deseamos, sino en lo que logramos.